martes, 9 de mayo de 2017

Transporte público y privado

Voy a dedicar este post a comentar diferentes aspectos del transporte tanto público como privado en la ciudad de Québec y alrededores. Evidentemente, en otras ciudades o poblaciones, todo puede ser muy diferente.

En primer lugar, respecto al transporte público, se trata exclusivamente de autobuses, ni metro ni tranvía. Toda la información sobre la red de transporte se puede encontrar en la web de RTC donde, entre otras cosas, hay un buscador de itinerarios que os remitirá a Google Maps.

Existe también una app para Android altamente recomendable para consultar horarios, líneas, recorridos, buses cercanos, etc. Se llama RTC Nomade.

Las líneas de autobús pueden ser de 4 tipos: regulares (paneles informativos de color azul), exprés (color rojo), metrobus (color verde) o nocturas (color negro). Las líneas exprés operan solamente a primera hora de la mañana y de la tarde y acceden más rápido al centro haciendo menos paradas y/o entrando en las autovías.

El billete individual es de 3,5$ y hay que pagarlo en efectivo y el importe exacto, como en el resto de Canadá. Si hay que hacer transbordo, hay que solicitar al conductor un tiquet para no tener que pagar en el siguiente bus. Lo más cómodo para viajes puntuales es comprar una tarjeta en los establecimientos donde las venden y cargarla con un número de viajes.

Para viajeros frecuentes, existen diferentes tipos de tarifas y descuentos, que se pueden consultar en la web. Por ejemplo, hay descuento para estudiantes y para trabajadores de determinadas empresas u organismos. También es posible comprar una tarjeta OPUS e inscribirse al cobro automático mensual, con lo que se ahorra en coste y gestiones.

Respecto al transporte privado, el método más habitual es el coche, aunque al llegar la primavera se dejan ver también motos de dos y tres ruedas. El coche es casi obligatorio, especialmente en invierno, donde un paseo de 1km se puede convertir en una pesadilla, especialmente con hijos de corta edad.

Para comprar un vehículo de segunda mano, el mes más adecuada es diciembre, ya que los precios han bajado un poco. La garantía del coche depende de la antigüedad, siendo de un mes en el peor de los casos. Existe la opción tanto de un vendedor autorizado como de un particular, aunque yo recomiendo la primera, especialmente si ofrecen algo de garantía. Nosotros optamos por ello e incluso fuera de garantía el vendedor vino a arrancarnos el coche que se había quedado sin batería. Fue muy amable.

Las gestiones a hacer son lo más complicado, ya que el coche se puede pagar con tarjeta, efectivo o cheque sin problema alguno (a un vendedor de concesionario). Al comprarlo, se pagan los impuestos y queda pendiente la matriculación y el seguro.

Se puede circular durante un mes sin matrícula, con el papel que el concesionario pega en la luneta posterior. Antes de ese plazo, hay que dirigirse a la SAA (Societé de l'Assurance Automobile) a matricularlo, previo pago.

En cuanto al permiso de circulación, hay que informarse bien antes, ya que dependiendo del país de origen puede existir o no acuerdo. En el caso de España, no hay ninguno, así que el carnet de conducir es válido sólo durante 6 meses. Sin embargo, cabe la posibilidad de circular con el permiso internacional, válido por un año. Pasado ese tiempo, hay que circular con un permiso de Québec, para lo cual hay que hacer un examen teórico y uno práctico.

Aquí la mayoría de coches tienen cambio automático, lo cual es una ventaja en circulación por ciudad. No obstante, también existen coches de cambio manual, algunos de ellos importados de Europa.

Por último, comentar que el precio de la gasolina es muy variable, mucho más de lo que yo estaba acostumbrado en España. En una misma semana el precio puede variar de 108$ a 119$ (o al revés) el litro de la ordinaria, de 87 octanos. Sin embargo, de una gasolinera a otra en un mismo día es difícil ver una diferencia de más de 1$.

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