viernes, 8 de diciembre de 2017

Un año en Québec

Justo hoy, 8 de diciembre, hace un año que llegamos a Québec, todos juntos, un solo núcleo familiar, con mucho equipaje, muy cansados después de un viaje agotador y de unas gestiones casi infinitas para obtener la residencia permanente.

Este post podría ser interminable si contamos todos los detalles, así que sirva solamente para indicar el estado de la cuestión: dónde estamos y adónde vamos.

Pues bien, a día de hoy hemos finalizado las gestiones de integración necesarias con excepción del carnet de conducir, para lo cual ya tenemos fecha, ya que el carnet de España sólo es válido durante los 6 primeros meses y el internacional durante un año. Como no hay acuerdo con Canadá, es necesario examinarse, aunque no hay que hacer las prácticas de autoescuela, menos mal.

Lo que más me gustaría descatar es la mezcla de sentimientos encontrados que tenemos.

Por un lado, hemos tenido muchos problemas de integración en l'Ancinne-Lorette, famosa por no acoger ni muchos inmigrantes ni con mucho calor humano, Laura sigue sin encontrar trabajo, antes por estar embarazada y ahora por tener un bebé, a pesar de estar supuestamente en un país con necesidad de natalidad, no tenemos médico de familia, aunque Matt y Carla tienen ya pediatra, ni que sea para visitas cada dos meses.

Por otro lado, las enfermeras y asistentas sociales del hospital Jeffery Hale, que atiende a anglófonos en Québec, nos está apoyando mucho, tanto el gobierno federal como el provincial nos están ingresando unas sumas que ni España en la época del cheque bebé, algunos vecinos y conocidos nos animan mucho a quedarnos y Laura se ha lanzado como trabajador autónomo creando la empresa Formation Lang Courses, de la que me ocupo en parte en cuanto al desarrollo web y el márketing.

Hablando de la empresa, ha sido principalemente concebida para cursos de idiomas de español, inglés y catalán in-situ, tanto a empresas (en oficina) como a particulares (a domicilio o en salas de estudio o de reunión), pero también para la traducción de documentos y páginas web. Evidentemente, os invito a seguirnos en Facebook, Twitter y LinkedIn.

Así pues, sólo una cosa está clara: no nos vamos a quedar aquí a vivir mucho tiempo. La cuestión es cuánto. Una posibilidad es cambiar de barrio. La zona de Ste-Foy está repleta de inmigrantes y está muy cerca tanto del centro como de colegios, hospitales, bibliotecas, etc. Otra posibilidad es cambiar de provincia. Por último, quedaría volverse a Barcelona.

Lo fácil es quedarse aquí al menos un año más, la renovación del contrato de alquiler. Mudarse implica buscar un apartamento mejor que el actual, empaquetar, contratar una empresa de transporte económica, despempaquetar y hacerse al nuevo sitio. Volverse a España implica vender todo lo que tenemos aquí, asumir pérdidas económicas y cerrar la empresa aunque fuera bien.

Probablemente, no se entienda a estas alturas del blog tanta duda, pero todos esos sentimientos han estado ahí los últimos meses, aunque no lo haya hecho público.

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